viernes, 14 de septiembre de 2007
¿POR QUÉ HACER EL CAMINO?
...por promesa
...por turismo
...por superación personal
...por aventura
...por deporte
por eso y por mucho más, muy difícil de expresar.
Tuve la suerte de vivir la experiencia de hacer parte del Camino Francés (el más conocido y por ello el más concurrido de todos, aunque no más bonito, al menos para mí) el año pasado. Sentí algo especial, no por devoción religiosa o por ser creyente (que no es el caso, aunque esto no tenga importancia), sino por encontrarme a mí mismo. Muchos peregrinos me decían eso, que el Camino les "obligaba" a una mirada introspectiva, a una paz consigo mismos y a superar dificultades. Porque el Camino no es "un camino de rosas" sino un acúmulo de jornadas duras, con cansancio, dolores, rozaduras, picaduras, calor o frío, sol o lluvia,cuestas, piedras, etc. que le hacen a uno superarse.
El fin del Camino no es llegar a Santiago, es vivirlo jornada a jornada, kilómetro a kilómetro, persona a persona...porque cada peregrino es un mundo, una riqueza humana y cultural.
Y un día, pasando un buen rato (como tantos que he pasado y espero poder pasar) con mi "hermano" Fernando, salió en la conversación (claro, ¡cómo no hablo!, je,je) el tema del Camino, y soltamos al unísono: "El año que viene hacemos el camino juntos, ¿vale?". "Sí, pero en bici", me dijo Fernando y de ahí en adelante empezó a fraguarse esta aventura...
que os contaré enseguida...
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2 comentarios:
Querido amigo se te olvido incluir la gran riqueza gastronómica del norte de España por unos precios que en ocasiones rozan lo irrisorio.Después de una paliza en bicicleta por aquellos lares nada mejor para compensar el esfuerzo que una magnifica degustación de manjares que hacen despertar hasta algunas sensaciones olvidadas. Sin duda todas las razones que has enumerado estan bien pero sin esta ninguna de las otras tendria sentido para mi desarrollado sentido del buen comer. Un saludo a todos aquellos que nos dieron de comer tan bien y a los que no lo hicieron tanto también.
Efectivamente Fernan, es una gran razón que se me olvidó poner, y conociéndonos, la más importante (aún no llegamos al grado de excelencia de gemi y carlis, pero vamos acercándonos). Aunque en un principio no la dijimos en voz alta cuando decidimos hacer el camino, pero seguro que en nuestro subconsciente estaba...
Y quiero como tú, agradecer a todos los que cocinaron para nosotros, en especial al restaurante A Pena en la aldea de Vilela, Lugo, que, sin duda, fue el mejor sitio donde comimos...
Un abrazo
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